lunes, 27 de febrero de 2012

Intensamente fiel...

A veces esta necesidad de chocarse una y otra vez contra esas piedras que parecieran indestructibles, parecen formar parte de la rutina del pesimista. Suele ser un imperativo autoimpuesto para seguir comprobando cuanto se puede sufrir. Este camino elegido predilectamente ante la situaciones que no nos gustan pero que de alguna manera nos atrapa, nos enreda... es la mejor opción para el lamento.
Tanto así, que tomamos el miedo como nuestro compañero de soledades y como ese mejor amigo con quien conversamos de la vida. El miedo como ese gurú que nos dirá como se debe actuar para entrar en pánico. Capaz de volverse adictivo y constante... omnipresente.
¿Quién es Soledad?... ¿forma parte de mí?...

La recurrencia sobre lo conocido... nos dará seguro la misma respuesta... que como conocida es "segura". Incómodamente segura...
Entre tantas drogas me atrevo a decir que el miedo... es una más y difícil de erradicar...

2 comentarios:

Lunda dijo...

¡Vos los dijiste! Las piedras 'parecen indestructibles'. Pero no lo son. Lamento informarle esto mi fiel compañera de tantos tropiezos. Y digo lamento porque a veces pensar que el obstáculo es más fuerte que nosotros es increíblemente cómodo (o incómodamente creíble), pues 'no hay nada que podamos hacer'. Así es el miedo: un gigante. Como los molinos, sólo que el Quijote no se acobardó. Vos ¿vas a ser como él? O ...

Sophia dijo...

Muchas gracias por leerme... jaja! excelente esquinazo!... y bueno... Quijote tenia altas pelotas... o una locura tremenda, veremos que pasa quizas le doy guerra a los molinos jajajaj... asi es!... :) gracias totales!!